Hacia esta época empezó Jesús, por primera vez, a usar la parábola
como método para enseñar a las multitudes que tan asiduamente se
reunían a su alrededor. Al haber hablado Jesús con los apóstoles y
con los demás casi hasta bien avanzada la madrugada, aquel domingo
por la mañana, muy pocos del grupo se habían levantado para el
desayuno; así que se dirigió a la orilla del mar y se sentó solo
en una barca, la antigua barca de pesca de Andrés y Pedro, que se
mantenía siempre a su disposición.