La mayoría de nosotros tendemos a descuidar los hábitos o comportamientos positivos que fortalecerán nuestra salud emocional. Eso es porque es mucho más fácil, al menos a corto plazo, pretender que todo está bien en lugar de hacer el esfuerzo de establecer hábitos nuevos y saludables.
Pero cuando evitamos el cambio, no somos los únicos que sufrimos. Las emociones y conductas dañinas que sembramos, son cosechadas por las personas que más amamos. Esto no tiene que ser así y hay mucho que podemos hacer al respecto.