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Description

De vez en cuando nos encontramos con personas en medio de circunstancias increíblemente difíciles, quienes después de un debido proceso de duelo, llegan a aceptar sus circunstancias como si vinieran de la mano de Dios. En tragedias que no pueden ser revertidas, dolor irreparable y tristeza que parece que vas más allá de lo que alguien puede soportar, estas personas mantienen extraordinaria fe e incompresible calma. ¿Cómo lo logran? ¿De dónde sacan las fuerzas y la paz?

Job, logro decir: Dios dio y Dios quito, bendito sea el nombre del Señor. ¿Será posible que, cuando enfrentemos nuestras más profundas dificultades, podamos responder de esta manera?