Si es tu primera vez aquí. O si ya has estado, pero como si lo fuera. Te mando esta postal sonora de Nueva York desde Bowery.
Tacombi es una taquería en Bowery. Ruidoso y amplio, no es de los lugares más apropiados para una buena conversación. Pero los tacos hacen que merezca la pena. Bueno, los tacos y el mezcal. El alcohol siempre relaja. En cantidades moderadas. Y te permite que le puedas contar tu vida, incluso, a un desconocido. El relato se va interrumpiendo con un brindis al terminar algún capítulo que consideras trascendente. Cada chupito es un intercambio de golpes, a ver quién aguanta la compostura. Te relajas y los turnos de palabra se van haciendo más largos. Mostrando pasión en cada historia: los años en la universidad, tu primera relación seria, la búsqueda de trabajo, independizarte… En pocos minutos puedes resumir toda una vida. ¿Te apetece un trago?
No hay mejor podcast que una buena conversación. Espero que esta te lo esté pareciendo. Hablas con vehemencia, tratando que las palabras salgan al mismo ritmo al que las fabrica tu cerebro. A veces tropiezan al encontrarse todas juntas en el filo de tus labios. Los juntas y los separas sin un patrón determinado, tan anárquicamente como eres. Desde ahí las sílabas se lanzan sin paracaídas y sin mirar si habrá red abajo. Produces vocales y consonantes en cantidades industriales, capaz de alimentar a un regimiento a base de esta particular sopa de letras. El único aliento son los escasos puntos y comas a los que concedes la venia de la respiración. Los acentos se deslizan por tu lengua como si fueran un tobogán, para que se diviertan las palabras más juguetonas. Agudas, llanas y esdrújulas piden la vez, sin darse permiso a la equivocación.
Gracias por escucharme. Un abrazo desde Nueva York.