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Description

Si es tu primera vez aquí. O si ya has estado, pero como si lo fuera. Te mando esta postal sonora de Nueva York desde Brooklyn.

Conforme te vas acercando a Manhattan desde Brooklyn, lo único que buscas, absorto, con la vista proyectada en el infinito, es la silueta del skyline neoyorkino. A pesar de que la niebla te impide atisbarla, la intuyes. Dibujas mentalmente los rascacielos. Como lo haces cuando evocas la ciudad desde la nostalgia. Hayas estado, o la hayas visto en series y películas. Trazas perfectamente, porque los has imaginado todos los días, cada uno de los edificios. Se van haciendo visibles conforme nos acercamos a la isla. Los recuerdas como si los hubieras visto ayer. Y, finalmente, se levanta el telón de un gran teatro y aparece la Ciudad. Con mayúsculas. Más que acercarte a ella, ella se va acercando a ti. Un momento de conexión desde esta esquina de Brooklyn. ¿Tienes ganas de Nueva York?

Aprendes a esquivar el contacto visual con las señoras que buscan conversación para matar sus horas muertas en las colas del supermercado. Es práctico, pero impersonal. Las ciudades nos obligan a eso. Es de primero de Nueva York. Un curso que debes aprobar con matrícula de honor para ahorrarte situaciones incómodas. El contacto visual es una fuerza magnética que va empujando a dos placas tectónicas a punto de colisionar. Y el terremoto puede ser de magnitudes colosales. Pero, a veces, lo mejor es liberarte de los prejuicios que solemos llevar en esa pesada mochila que arrastramos después de años de experiencia. Mejor viajar prácticamente con lo puesto. ¿Cuántos “por-si-acasos” metemos en la maleta cuando nos vamos por ahí?

Gracias por escucharme. Un abrazo desde Nueva York.