Si es tu primera vez aquí. O si ya has estado, pero como si lo fuera. Te mando esta postal sonora de Nueva York desde la Public Library.
La Public Library muestra orgullosa sus esbeltos arcos y espléndidos murales a lo largo de sus amplios vestíbulos. Sobre todo en el tercer piso, en la rotonda McGraw, justo antes de entrar a la sala principal de lectura. Una auténtica oda a la literatura, en la que te dan ganas de pasar horas y horas leyendo. Pero no te puedes quedar toda la mañana porque tienes otros planes. Al salir a la calle compruebas que está lloviendo. De primeras no me importa demasiado, porque una gota apenas moja. Pero miles te ponen empapado. Dejar que pase un día para afrontar un problema no te debe preocupar. Dejar que pasen miles es un tremendo error. La memoria es el único vínculo con nuestro pasado. Los dos leones de mármol que escoltan la escalinata de la biblioteca, como buenos anfitriones, se despiden de ti. Se llaman Paciencia y Fortaleza. ¿Cómo te defines? ¿Paciente o fuerte?
“Son cuatro gotas”, suelta el cuñado de turno mientras espera resguardado bajo el pórtico de la entrada a la biblioteca. Pero lleva cayendo agua toda la mañana, y no tiene pinta de que vaya a parar. Es la típica persona que busca el contacto visual para empezar una conversación. No le das ese placer. El cuñado de turno sigue esperando a que escampe con su ridícula corbata de flamencos. Esa fina pero continua lluvia puede acabar con todos los planes que te habías propuesto para el resto del día. Así que no hay más remedio que asumirlo. Observas esas cuatro gotas, y no llegas a adivinar cómo el agua caída no provoca charcos. Seguro que el cuñado tiene una respuesta. Maldices la lluvia, la biblioteca, a los cuñados, a los flamencos y a las expectativas.
Gracias por escucharme. Un abrazo desde Nueva York.
