Listen

Description

Si es tu primera vez aquí. O si ya has estado, pero como si lo fuera. Te mando esta postal sonora de Nueva York desde Tribeca.


Necesitas relajarte, desconectar de todo. Por eso vienes a Aire, un spa que hay en Tribeca. Aquí estás, con tu albornoz negro y el logotipo del local bordado en dorado en una de las mangas, a punto de comenzar (cito textualmente lo que pone en el bono que compraste) “una experiencia que tardarás en olvidar”. Lo confirmas mientras te metes en la piscina salada. Con los ojos cerrados, en posición fetal, como si volvieras a estar cubierto de ese líquido amniótico que nos protege durante nuestra gestación, te dejas llevar. Te sientes Arquímedes, pudiendo demostrar la flotabilidad de los cuerpos gracias a la mayor densidad del agua. Es una sensación en la que parece que no pesas nada. Si en la NASA no conocen este lugar, sería fantástico recomendárselo para que sus astronautas se acostumbraran a la gravedad cero.


Alargas piernas y brazos, haciendo una especie de equis, para no sentir ningún tipo de tensión en los músculos. Te relajas y sumerges completamente en tu interior. Por un instante, consigues eliminar todo lo físico que te rodea y centrarte en este viaje espacial y especial, imbuido en tu limbo mental. La música, un chill out muy relajado, contribuye a ese ambiente. Durante un rato aparcas todas tus preocupaciones. Huele a incienso. Hay multitud de varillas repartidas por todo el recinto. Eso hace que el lugar tenga una atmósfera especial. Te quedas observando la llama de una vela, y cómo el fuego va consumiendo la cera muy poco a poco. Instintivamente, tratas de proteger con las manos la vela que tienes delante. Cuanto más te acercas, más te quemas.


Gracias por escucharme. Un abrazo desde Nueva York.