Feneció, sucumbió, finiquitó, espichó, palmó. ¿Por qué? Lo visitó la llorona, dientona, la huesuda, la apestosa, la calavera, la descarnada, la parca. ¿Y entonces? Bueno, este ya no cuenta más el cuento, se lo llevó la flaca al baile, salió con los pies para adelante, colgó los botines (o los guantes, las cacerolas, etc., según la profesión), emprendió el viaje, se fue de gira, está en el corral de los quietos. En fin: no quiere más Lola. ¿Se dan cuenta? En el habla popular existen mil y un maneras de dar cuenta de la muerte y de los muertos. Fruto de la reflexión sobre el origen y el destino del hombre, la muerte ha sido una preocupación constante a lo largo de la historia de la humanidad, por supuesto, revestida de diferentes rasgos y atributos según las épocas y culturas. Por ello, la vigencia de la muerte como temática o tópico adquiere significaciones particulares y suma múltiples análisis desde perspectivas disciplinares diversas. Esta noche en la Brújula, a diferencia de José de Saramago y sus intermitencias, conversaremos de la muerte y otras sorpresas. Bienvenidos!