Después de la guasa en que se convirtió este asunto de las listas de los nombres de quienes supuestamente se suscribieron para ser candidatos a las próximas elecciones, el Poder Judicial no solo quedó marcado por el escarnio y la burla generalizada, sino que también reveló que los morenistas no previeron que la inventiva, la chacota y el humor del mexicano saldrían a relucir en todo su esplendor. Era inevitable.