Se nos fue Maradona y para que el dolor no sea tan fuerte lo imaginamos reencontrándose con Don Diego; con el hambre de alambrado de Doña Tota. La otra hambre queda acá, como quedan los goles que faltan. Las reglas que deben romperse para meterlos. Ahí estará el nombre del argentino salido del club que cuenta con el mayor número de socios vitalicios: la pobreza.