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Description

En el marco de la extensión de la cuarentena obligatoria, se exclama con orgullo que la propagación del virus está controlada de la mejor manera, mientras que en el silencio yacen los casos de quienes las políticas públicas acaban excluyendo. El discurso clasemediero de quédate en casa se cae cuando la gente se muere y no de coronavirus. Pareciera ciertamente una burla hacia quienes estar en sus casas justamente es lo que lxs enferma. La muerte no llega de la mano única del hacinamiento. De la mano, más bien, del soltar y condenar, a la salubridad nula en tu propia vivienda. La muerte llega también de la falta de atención en sectores que son los que presuntamente tienen que brindarla. Las muertes evitables de las villas también son evitables en hospitales. ¿Tenemos que estar orgullosos? ¿Vos decís?