Entonces llega la banda que marcó nuestra vida, reventamos la tarjeta de crédito y nos embarcamos en lo que con el tiempo será una colección de anécdotas que reviviremos, muchas veces a mucho pesar de nuestros amigos re podridos de escucharlas una y otra vez.
Hacemos un recorrido una vez más por ellas y también por todos esos rituales, costumbres y cosas geniales y no tanto que representan los recitales para muchos de nosotros.