¡Todos me han abandonado! Qué feo es darse cuenta de esta realidad, qué triste es experimentarnos solos y abandonados por los que uno pudiera considerar amigos. ¿Alguien en quien tú confiabas y querías alguna vez te ha abandonado? Escuchemos hoy a San Pablo que nos narra su experiencia en 2Tim 4, 9-17.