Ayer escuchábamos el camino de las bienaventuranzas, un camino que visto desde la óptica del mundo, parece absurdo e irrealizable por nosotros; pero que contemplado desde la óptica de Dios, es un camino que santifica, da felicidad y da vida. Hoy se nos habla de qué es lo que sucede en nuestra vida cuando recorremos estos caminos de las bienaventuranzas, seremos sal que de sabor, seremos luz que ilumine a otros y seremos como la ciudad, punto de referencia para otros.