Queridos hermanos ya estamos a dos de enero, las ilusiones del Nuevo Año nos motivan y nos alientan, pero hoy en la 1Jn 2, 22-28, nos exhorta a permanecer, es decir, a que seamos perseverantes en nuestros propósitos, que no comencemos con brío de caballo y terminemos con paso de tortuga.
El verbo que más aparece en esta lectura es permanecer, es un verbo que hace referencia a la fidelidad y a la perseverancia. Y considero que una de las virtudes que más nos cuesta a los seres humanos es la perseverancia, ya que las cosas del mundo siempre nos estarán llamando e intentando alejarnos de los buenos propósitos. Claramente el apóstol nos motiva a permanecer en el encuentro con Cristo, en comunión con Él, movidos por el Espíritu de Dios. Aquí se encuentra la clave para que nuestra vida pueda ser un éxito y no tengamos de qué avergonzarnos en su venida.