Vivir en gratitud, vivir en contentamiento, eso no tiene precio. La paz interior viene de una relación genuina con Dios, poniendo por obra su sabiduría para administrar todo en nuestra vida. Cuando estamos inconformes por cualquier cosa, caemos en ansiedades, turbación, tristeza, y sentimientos semejantes que nos consumen.
Sé feliz con lo que Dios te ha dado, agradécele en todo tiempo, aun en los momentos difíciles, porque Él ha prometido que nunca nos dejará y que velará por nuestra vida. Él sabe de qué cosas tenemos necesidad. ¡Ánimo amigo!, Dios es tu ayudador y en esta época es el mejor momento para acercarnos con el mejor regalo, nuestra gratitud y alabanza.