Lo que hoy más falta en el mundo es amor. Sí, el amor verdadero, el que transmite vida, alegría, esperanza, y sobre todo perdón. El amor que sobrepasa a todo entendimiento, el que viene de Dios. Sin embargo, lo que prolifera en todo el mundo hoy es el egoísmo, el interés en obtener todo lo que nos gusta y nos proponemos; aunque sea malo, sin importar si en el camino dejamos sin sabores, dolor, heridas.