El 17 de diciembre de 1903 se producía en Carolina del Norte el primer vuelo a motor, controlado y sostenido, de un avión más pesado que el aire, aproximadamente a las 10:35 de la mañana. El vuelo duró 12 segundos, llegó a los 37 metros de longitud y sus autores fueron los célebres hermanos Wright. Desde ese día, el hombre se embarcó en una competición por volar más alto, más rápido y durante más tiempo. Pero la tecnología limitaba las expectativas del ser humano. Había que repostar muy a menudo y los vuelos transoceánicos eran ciencia-ficción. Por este motivo, alguien intentó encontrar una solución para unir Estados Unidos y Europa en una ruta intercontinental, que permitiera a los aviones reabastecerse de combustible en medio del Atlántico. Esta es la historia de una disparatada idea que pretendía unir dos continentes, convirtiendo a Galicia en el aeropuerto que distribuiría todos los vuelos desde y hacia Norteamérica.