Uno de errores más grandes que se comenten a la hora de evangelizar es que ponemos nuestra confianza en formulas, estrategias y programas olvidando que es Dios quien obra a través de Su Espíritu Santo. Predicar es estar en estado de guerra con Satanás por eso mismo debemos depender de Dios, por medio de la oración para que Dios sea glorificado en el evangelismo.