25 fiscales, un piso para trabajar con comodidades y la contratación de una batería de expertos investigadores en las áreas que no manejan los fiscales son el primer paso para una real persecución de la corrupción en la República Dominicana. Ayer pasamos de la falsa institucionalidad que creó el PLD para su democracia hueca a copiar el modelo que ha permitido el avance de la lucha contra la corrupción en otros países. Desde ya apareció una campaña de tecnicismos jurídicos que nunca hablaron de la podredumbre pero que ahora quieren buscar hasta el último periquito para que las cosas no funcionen. No es una revolución pero si un paso importante.