El periodico Diario Libre trae hoy un extenso y muy bien manejado reportaje en el que se explica el enorme gasto de las distintas oficinas del Estado Dominicano en el exterior, la duplicidad de funciones en unos casos y el macondismo de otros.
Hay que situarse en el realismo mágico de Macondo y del más que ilustre Gabriel García Marquez para entender que el instituto de tránsito y transporte, por decir un ejemplo, que no ha podido resolver un solo problema de tránsito en el RD gaste dinero en oficinas y personal para la emisión de licencias en el exterior.
Según el reportaje la presencia en el exterior de oficinas de entidades como Pro-consumidor, Supérate y el ministerio de interior y policía supera los 60 millones de pesos. Esos funcionarios no pertenecen al servicio exterior sino que son empleados de las distintas dependencias que residen y “dan servicio” a la comunidad dominicana en el exterior y que no tienen ninguna acreditación en los países donde actúan porque no son diplomáticos.
Intrant, Supérate, Interior y Policía y Proconsumidor no especifican cuantos empleados tienen en el exterior ni cuanto ganan y solo aparecen los montos globales.
Lo peor es que la mayoría de los ciudadanos dominicanos residentes en los Estados Unidos que es donde hay mayor cantidad de empleados en esa condición no saben que esas dependencias ofrecen tales servicios y más grave aún es el la queja generalizada de los ciudadanos y ciudadanas dominicanas residentes en el exterior sobre el maltrato, alto costo y precariedad de los distintos servicios.
La mayoría de los países ofrecen todos los servicios que necesitan sus ciudadanos migrantes en una sola dependencia y la emisión de documentos se realiza en el país de origen.
Uno tiene que preguntarse para qué necesita un dominicano o dominicana residente en el exterior la emisión de una licencia si solo es válida de manera temporal en el país donde reside y si para usarla en RD puede hacerlo a su llegada al país y en poco tiempo.
Diario Libre detalla el gasto del INDEX, Turismo, SENASA, Cultura y la JCE que tiene la nómina más alta pues paga más de 33 millones de pesos.
Supongo que una reforma fiscal debe tomar en consideración ajustes a esos gastos.