Durante años aquí en Sin Maquillaje llamamos la atención de la concentración del poder en manos de Danilo Medina desde la perspectiva del daño a la institucionalidad que aunque formal y mínima era algo que había que defender.
Desde la presidencia de la República Danilo Medina dirigía la educación de adultos y de la primera infancia, la recogida de basura, la reforestación, la financiación de Pimes y sabrá Dios cuántas cosas más.
Sabemos ahora que de palacio llamaban y Danilo se dice que desde un closet, era quien mandaba a llamar.
Extraña entonces que el hombre que lo mandaba todo, que lo dirigía todo y que lo conocía todo no supiera de los negocios de sus hermanos, cuñados y de un entorno altamente corrompido.
Los doce votos disidentes de la doctora Margarita Melenciano en la Cámara de cuentas relatan los arreglos a las auditorias luego de una llamada sin nombre pero que venía del Palacio Nacional
Yo no sé como van a explicar los subalternos algunas decisiones y no quiero recordad el célebre “a los presidentes no se tocan” de Hipólito Mejía, pero la verdad es que aquí todos los caminos conducen a Danilo no a Roma.