La sorpresiva convocatoria a la firma del pacto eléctrico con consensos del 2017, que el PRM no firmó como oposición, le generará más que ruido al gobierno de Luis Abinader.
Se recuerda que Danilo Medina fracasó en dos intentos para dejar de lado a los actores sociales y de la pequeña empresa que no aceptaron firmar en los términos negociados en el Consejo Económico y social controlado por Agripino Núnez.
La invitación es para mañana a las 11 de la mañana en la casa de gobierno y el tema no está en ningún periódico.
Una tiene que preguntarse que necesidad tiene el gobierno de Luis Abinader de aprobar un pacto en el que se excluyen temas tan importantes como Punta Catalina, el mecanismo de disolución de la CDEE, la unificación de las EDES, la licitación de Manzanillo y fijar las metas mínimas en energía renovable además de plantearse el futuro del sector.
Una de dos o el sector empresarial que está conforme con el desorden que le conviene ha convencido al gobierno o Abinader y su entorno quieren un ítem para el discurso del 27 de febrero. Sea cual fuere la razón tal como está ese pacto no significa nada.
Con frecuencia les digo que la importancia de una información está asociada al impacto que tiene en la población. Esta le toca a todo ciudadano aunque no esté en ningún medio.
Este Pacto implica una ruptura tácita de Abinader con los sectores sociales que de manera desinteresada le respaldaron en sus aspiraciones presidenciales. El tiempo dirá como le va con la decisión. Nosotros, los ciudadanos y ciudadanas que somos la mayoría ya estamos perdiendo.