El partido de la Liberación Dominicana que cumple 47 años recién salido del poder es el partido de los malagradecidos. Nadie duda que la suerte y la vida de la mayoría de sus dirigentes cambio luego de 20 años en el poder. Incluso hijos y hasta nietos de los dirigentes más prominentes han disfrutados de las mieles del poder.
Muchas si no la mayoría de esas mieles están asociadas a ilícitos ya por corrupción ya por tráfico de influencias que convirtió a familias enteras en dueños de las fortuna.
Al PLD le llegó la mala hora, las elecciones le sacaron del poder y le quedan algunos reductos.
Llama la atención que ningún dirigente importante ha salido a defender públicamente a sus compañeros y ni siquiera a las administraciones. Algunos llaman o hacer llamar, escriben o hacen escribir pero no dan la cara. Los boca dura tradicionales como Euclides y Monchi Fadul están calladitos.
Francisco Domínguez Brito a quien tocó leer el documento en la rueda de prensa de defensa de la primea oleada no ha sido visto en ninguna actividad publica posterior a ella.
La declaración de ayer del secretario de asuntos jurídicos de la antes poderosa organización es muy clara. Lo dijo José Dantés la responsabilidad jurídica es personal e individual y el PLD no tiene nada que ver con eso.