Si Danilo Medina hubiera avalado el poder y las acciones de sus hermanos, venden la isla o se la reparten en cacicazgos como en la era precolombina.
Del primer tirón la PGR evidencia contratos por casi cinco mil millones al pequeño Alexis y el rancho sigue ardiendo.
Alexis era barbero y luego líder o propietario de 18 empresas, varios apartamentos e inmuebles y decenas de carros de lujo de esos que se ven en las películas y no llamó la atención de su hermano presidente.
Con el primer botón de la muestra se evidencia una familia tramposa y vanidosa que usó el Estado Completo como una empresa personal y que evidentemente dio ordenes a todo el gobierno sin que su hermano presidente supiera.
Danilo Medina no encontró a nadie que le dijera que su hermano se reunía con el director de OISOE de manera permanente o un jefe de policía que le contara de sus 22 contratos.
No se dio cuenta de que su hermana inauguraba casas construidas con fondos públicos ni como llegaba dinero a su campaña electoral y a la de Gonzalo.