Siempre hay que buscar cosas buenas para iniciar el año aunque no abunden. La queja generalizada en los medios por la indisciplina social de pobres y ricos frente a la pandemia no conduce más que a la autoflagelación y a la percepción generalizada de que somos un pueblo que no merece mejor suerte.
Los medios internacionales refieren que el confinamiento forzado ha generado una serie de reacciones insospechadas en la gente. Nadie quiere estar preso y hace todo lo posible consciente o inconscientemente para superar su prisión.
Lamentarse no es el camino, tampoco tener la solución irresponsable y sin fundamento que abundan en las redes. Ese dominicanismo famoso que es “lo que hay que hacer”. Estamos frente al hecho relevante de que nadie estaba preparado para saber “lo que hay que hacer”
Las recetas no valen y quizá es necesario que el mundo entero improvise. No es el año de nada quizá solo de sobrevivir como seres humanos con diginidad.