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Este es un país presidencialista y si alguien lo sabe es Leonel Fernández. Desde su famoso discurso destituyendo a su primer secretario de las fuerzas armadas. En ese discurso tan lejos como en el 1996 Fernández dijo que destituyó a Rojas Tabar porque podía.

Ayer de nuevo el ex presidente volvió a competir con el actual en una actividad de prensa que es su versión verde de LA Semanal.

Fernández rebatió los datos de crecimiento económico que ofreció el presidente en su discurso e incluso llegó a dudar de los datos de la CEPAL y sus expectativas.

Con algo de sorna el presidente Luis Abiander respondió a los cuestionamientos de Fernández diciendo que nada de lo que ha hecho el gobierno ha sido validado por Fernandez y empezó con la posición frente al caso de Venezuela en la que el documento de Fernández fue una especie de frankestein para decir lo que dijo sin ofender a nadie.

Nuestro país maneja dos escenarios de opinión pública: La de los enterados y tomadores de decisiones  y las populares.

A los enterados en su mayor parte del sector empresarial no hay que estar recordando los números porque ellos lo manejan a la perfección y saben cuáles son reales y cuáles no.

Los sectores populares, esos que creen las campañas de youtuber no necesitan de estadísticas porque lo suyo es la pasión, creen en lo que quieren creer. Por eso una encuentra gente hablando con supuesta propiedad a facultos que hablan desde la guerra en Ucrania hasta el poder de China y el final de Rusia.

Ustedes no saben los mensajes que tengo que borrar de gente bien intencionada a quien le llegan esos mensajes y entienden que me hacen un favor enviando una pachotá.

Es evidente que Leonel Fernandez escogió su público y que sabe donde está en este momento. Tiene 70 años y cuando dijo que era un presidente desempleado no pensó que su desempleo duraría 12 años y menos 16.

Nada desnuda al líder más que su artículo del 10 de febrero del 2012 cuando explica la filosofía de Modesto Guzmán y los sobrecitos. En su libro Nuevos Paradigmas destaca el papel del chavismo que ahora rechaza.

Buscar el favor popular es una labor desesperada para fernandez como cabeza de la oposición política pero por ahora los metodos no han funcionado. No puede seguir hablando de precios y no puede convencer cuando el manejo estadístico actual es el mismo que cundo era presidente.

La diferencia es quien da los sobrecitos.