A una le da vergüenza ajena ver a los medios de comunicación, dirigidos en su mayoría por periodistas meritísimos y conocedores de su oficio, que no se dieron cuenta del incidente en el que bajaron al ex procurador de un avión y que posteriormente han dedicado muuucho espacio a las expresiones que cuestionan el hecho.
Como cuestionar una situación que para ellos no pasó.
El viernes yo decía que a YANALAN le estaban pagando favores y como es propio del periodismo decente dejábamos abierta la posibilidad de una demanda del ex funcionario , una explicación y todas las posibles consecuencias del hecho.
Personalmente no sabía que existía la “alerta migratoria” que no es un impedimento de salida con la formalidad de la decisión de un juez, sino un invento administrativo del propio YANALAN que afectó a decenas de ciudadanos si no a cientos. Esa alerta impide la salida de ciudadanos que son sujetos de algún tipo de investigación. De ser este el recurso usado no solo le están dando al ex funcionario una cucharada de su propia medicina sino que se deja abierta la especulación en torno a que se investiga y sobre qué.
El periodismo, es este oficio que obliga a decir la verdad aun cuando duela. Tenemos la responsabilidad de informar a los ciudadanos para que tomen decisiones.
Si hubo una irregularidad al impedir que Juaniquito el tiznao o Chinchilín el búcaro suban o viajen en un avión los medios están obligados a decirlo y defender el derecho de esos ciudadanos.
Pero si el hecho no pasó, como resultó en este caso, con qué vergüenza dan espacio a quienes cuestionan un hecho que ignoraron.