¿Cuántas veces en nuestras vidas nos pasa que decimos “Si no lo veo, no lo creo”? O sentir que la comprobación o el respaldo de situaciones nos asegura el conocimiento y la verdad.
Pero sucede, que al caminar solamente en este sendero de la comprobación científica y con datos duros, en la cual sólo lo que puedo comprobar es lo correcto; nos lleva a volvernos solitarios, aislados y retraídos.
¿Por qué? Porque el otro, si difiere de lo que he comprobado, pasa a no tener relevancia lo que diga, cerrándole así la puerta a sus propias verdades.
Pero, ¿qué estamos perdiendo en este camino?
¡Te animamos a que nos comentes lo que te sucede con esto y lo charles con tus cercanos!
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