Los evangelios cuentan la historia de una mujer que se acercó a Jesús secretamente, pasando entre la multitud que le apretaba. Ella apenas se atrevió a tocar el borde del manto del Maestro desde atrás, y luego se alejó rápidamente, pero al hacerlo, recibió sanidad completa e inmediata. ¿Por qué no se acercó de frente, como todos los demás? ¿Por qué procuró pasar desapercibida entre la gente? La respuesta se encuentra en Levítico 15.