Esta semana nos invita a trabajar con nuestro mundo emocional para conquistar una profunda libertad, que nos permita decidir realmente en base a lo que deseamos, a lo que somos, sin estar tan condicionadxs por los fantasmas de la historia y por necesidades irreales.
Un gigantesco triángulo de agua ordena el cielo. Está formado por Saturno y Neptuno en Piscis, Júpiter en Cáncer y la Lune negra y el Sol en Escorpio. Nos invita a contactar con lo que sentimos, detrás de las exigencias y los juicios, detrás de lo que se supone debemos ser y querer, hay una emocionalidad que tiene sus propios modos de existir. Contemplar nuestras emociones como peces que nadan en nuestro cuerpo puede abrirnos a la humildad que requiere sentir.
Caminar con miedo es posible en tanto y en cuanto sabemos que el peligro que acecha afuera es relativamente seguro, pero muchas veces se nos desproporciona la amenaza por causas emocionales y eso nos paraliza. Navegar las propias aguas nos permite distinguir peligros actuales de memorias atemorizantes.
Sumando la retrogradación de Mercurio, que retornará a Escorpio el 19 de noviembre, y de Júpiter en Cáncer, la revisión de nuestras aguas será muy profunda, tanto que se vuelve posible contactar con otro mundo luego de ese movimiento. Los dos planetas están relacionados a una dimensión simbólica con la que interpretamos la realidad, y cuando nos invitan a este trabajo emocional, nos permiten desarmar fantasías que teñían el mundo de colores artificiales.
La realidad es mental, dice Mercurio; y durante esta retrogradación podremos depurar nuestras ideas de restricciones emocionales que nos impiden pensar con claridad, pero también podemos incluir dentro de nuestro pensamiento emociones y sensibilidades que, a pesar de no tener brillantes explicaciones intelectuales, pueden ser tan determinantes a la hora de tomar una decisión como el mejor argumento lógico.
La retrogradación de Júpiter nos muestra lo negado, lo que hicimos de cuenta que no sentíamos, que no nos pasaba; y nos permite construir sentidos nuevos que alojen lo que hasta ahora dejábamos afuera, para enriquecer nuestra identidad.
Empieza un período de revisión de lo que nos afecta y nos conmueve, lo que nos asusta y nos enamora, lo que nos da tristeza y nos alegra, de lo que nos duele y nos hace sentir cuidadxs. Dejar que algo o alguien nos cuide es tan valioso como permitirnos ser capaces de cuidar. Aprender a cuidar saludablemente requiere entregarse a recibir el cuidado, y dar amor es a veces la única forma de dejar de demandarlo.
Tránsitos
Mercurio retrógrado del 9 al 30 de Noviembre
11/11 Júpiter ♋ retrógrada hasta el 11 de Marzo de 2026.
12/11 Mercurio Conjunción Marte ♐