El ciego pudo ver la luz verdadera. Y en este pasaje del Evangelio los que pueden ver no ven la luz y permanecen en el pecado. Los fariseos no pueden aceptar a Jesús, ni menos que haya curado en día sábado. El ciego es enviado a llevar la luz incluso a los que pudiendo ver no ven.
Este Evangelio nos cambia la perspectiva de la causa del mal. Del ¿Por qué a mí me pasa esto? A un ¿Para qué? En esto de ser ciego hay un mal; no obstante a pesar de este mal el ciego recibe la misión de ser testimonio de la luz. Las paradojas del Evangelio: un ciego testimonio de la luz.
Todo lo que Dios permite tiene un objetivo para Dios. A Dios le importa la finalidad. Él trae siempre un bien de lo que permite. No buscar sólo la causa y los culpables, sino cómo sacar un bien, como encontrar el bien y finalidad de esto que Dios permite.