¡Imposible esconder la alegría y la emoción
ante tan gran regalo recibido ayer, la ordenación sacerdotal! Un don del cual Dios quiere que todos nos
hagamos partícipes. Hoy la razón para celebrar no soy yo, padre Andrés Poblete, que
soy un pecador, sino que estamos celebrando hoy la gran misericordia de Dios y
su presencia en medio de nosotros. Estamos celebrando que así como Dios ha obrado
su misericordia en mí, también la obra en ti. Tenemos un Dios vivo, que ha
resucitado, y se experimenta de forma palpable en la ordenación sacerdotal, pero por la fe
está igual de vivo hoy en tu alma y eso celebramos hoy, y cada día de Pascua y de nuestras vidas: DIOS VIVE EN MEDIO DE SU PUEBLO QUE ES LA IGLESIA, VIVE EN TU ALMA. En el
Evangelio vemos que Jesús ha venido para que sus ovejas tengan vida en
abundancia. No ha dicho esto solo a los sacerdotes, o solo a algunos, sino que a todas sus
ovejas, que somos todos nosotros.