Jesús hoy entrega su vida en la cruz para la salvación de nosotros, rompe el muro que había
entre los hombres y Dios. Es un evento que afecta a todo el universo y es a la
vez un evento muy personal para cada uno de nosotros. El amor y salvación de
Jesús no es solo algo universal, sino que es un amor y salvación por mí.
Podemos decir también como San Pablo: «Me amó y se entregó a sí mismo por mí» (Ga 2, 20). Por eso el día de hoy es para vivirlo en
mucha unión con Jesús. Él caminando y cargando su cruz está pensando en mí,
cada paso aunque le pese y duela la cruz que lleva, lo está haciendo por mí,
porque sabe que ese es el camino para que yo pueda llegar al cielo y compartir
para siempre con Jesús.