Palabra de Dios: “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.” Apocalipsis 21:4
Perlas: El gozo de nuestra salvación es la promesa de una eternidad en plenitud de gozo. Jesús murió en una cruz y resucitó al tercer día, para darnos vida en abundancia en esta tierra, y vida eterna a Su lado. Nuestro espíritu se regocija en esta verdad y en esta promesa. No entendemos muchas cosas con respecto a cómo serán exactamente las cosas cuando cerremos nuestros ojos en esta tierra y se abran del otro lado de la eternidad, pero sí sabemos lo suficiente como para esperar ese día con muy altas expectativas. Dios mismo secará nuestras lágrimas, nos consolará, nos recordará que ya las primeras cosas pasaron, que a partir de ese momento y por toda la eternidad, nunca más habrá llanto, ni dolor, ni clamor, ni muerte. Llegará un día en el que solo habrá gozo; por eso el apóstol Pablo decía, y todos los creyentes podemos decir: “Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” (Filipenses 1:21).
Oración: Padre precioso, te confieso que el tema de la muerte me causa temor; pero hoy al ser expuesto a Tu Palabra, que es la única fuente de verdad, soy estremecido y confrontado con una hermosa realidad: Si yo soy tu hijo, entonces para mí, el día señalado para que yo parta de esta tierra, será un día de gran gozo y de fiesta, porque ¡Para mí morir será ganancia! Dios mío, nunca lo había visto de esa manera. Gracias por hablar a mi corazón. Gracias por revelarme Tu verdad que me hace libre. Gracias por Tu amor que echa fuera el temor. Gracias porque puedo enfocarme, como dijo Pablo, que mí vivir sea Cristo y morir sea ganancia. Ayúdame Espíritu Santo a vivir en Cristo y para Cristo, a cumplir el propósito para el cual me creaste, y a irme de este mundo en paz, sintiéndome satisfecho porque habré cumplido mi misión, y gozoso por la eternidad maravillosa que me espera. Ayúdame a vivir mi vida con el sello del gozo de mi salvación. Amén.
Reto del día: Es importante que pienses en esto: ¿Qué legado quieres dejar a tu familia? ¿Cómo quieres ser recordado por ellos? ¿Qué quisieras que dijeran de ti en el día de tu gran despedida? Conversa estas cosas con Dios, pon por escrito estas metas de valor eterno, y pídele al Señor que te dé las estrategias para alcanzarlas. Vivir en gozo, partir en gozo, y dejar un legado que sea motivo de gozo y gratitud.
Pastores Jaime y Liliana García
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