El ser humano recibe la promesa de Dios y necesita mirar espiritualmente, y creer y tocar la promesa que Dios ha hablado, como alcanzando a lo imposible. La fe de muchos de nosotros es hablada pero nunca se convierte en activa. Pero a través de las Escrituras somos llamados a que nuestra fe esté arraigada en la verdad. Nuestra fe necesita ser robustecida porque quizás en el futuro enfrentaremos una situación mayor. Pero una fe basada en otra cosa que no sea en la Palabra de Dios, y en las promesas de Dios, no es otra cosa que fantasía. En el pasaje de hoy de la carta a los Hebreos, aprendemos sobre Sara, para quien la edad y la esterilidad hacían imposible en términos naturales, que pudiera tener un hijo. Mas para Dios, no hay imposibles. Escucha aquí