Ha sido muy común para nosotros los creyentes creer que solo la cruz nos salva de nuestros pecados. Entonces, muy a menudo prensamos que la resurreción, sí es un milagro maravilloso, un despliegue del poder de Dios. Pero tantas veces lo vemos como algo que sucedió para comprobar, para vindicar a Cristo y para corroborar que Cristo era el Hijo de Dios. Eso lo que nos lleva en la iglesia, es a que mucho de lo que comunicamos acerca de la resurrección de Cristo, está dirigido a argumentar sobre la evidencia histórica de la misma, lo cual es correcto hacer y es necesario. Pero en nuestra reflexión de hoy vamos a tomar otro camino, y a hacernos una pregunta básica: ¿Vemos la resurrección de Cristo como algo que afecta la manera en que vivimos nuestra mi vida diaria ahora? ¿De qué manera mi vida como cristiano, mi vida personal, es impactada e influenciada por el hecho de que Jesucristo venció la muerte y resucitó de los muertos al tercer día? ¿Cuál es el impacto? ¿Tiene alguna influencia o es simplemente el hecho histórico que usamos como símbolo de que Cristo es el Hijo de Dios? En efecto, esto último es cierto. Se comprobó mediante su resurrección, que no era cualquiera el que murió en la cruz, sino que era el Hijo de Dios. Pero la resurrección es mucho más que eso. Y para nuestra vida es mucho más influencial que un aspecto histórico o un aspecto teológico. Escuchemos entonces dos aplicaciones para nosotros, de la resurrección de Cristo: 1. Una esperanza para hoy; 2. Una esperanza liberadora.
