Si te preguntan qué prefieres, una vida de abundancia o una vida pobre, tenemos claro lo que hay que responder ¿verdad? Nadie quiere una vida pobre. Lógico. Pero deja que te diga una cosa: en mi experiencia trabajando con personas que quieren prosperar en su negocio me he dado cuenta de una cosa. A veces, no saben muy bien qué es la abundancia. “Mucho dinero”, dicen.
Y sí, dinero es lo que todos queremos. Pero si tienes mucho dinero pero vives megaestresado, no te tomas unos días de vacaciones al año, no ves a tus hijos despiertos, no te da tiempo a ir a un gimnasio o ver a tus amigos… Eso no es abundancia.
A lo mejor tienes mucho dinero pero tu vida es muy pobre. Una vida abundante no depende solo del dinero.
Depende de si estás siendo o no fiel a tu propósito. Implica libertad, experiencias nuevas, capacidad de decidir qué quieres hacer. Es más, te diría que el dinero suele venir después, cuando uno tiene muy claro cómo quiere vivir su vida.