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Inseguridad: es un profundo sentimiento de desconfianza en ti mismo 

Jeremías 1:4-8 NVI

Llamamiento de Jeremías

La palabra del Señor vino a mí y me dijo:

«Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido;
antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones».

Yo respondí: «¡Ah, mi Señor y Dios! ¡Soy muy joven y no sé hablar!».

Pero el Señor me dijo: «No digas: “Soy muy joven”, porque vas a ir adondequiera que yo te envíe y vas a decir todo lo que yo te ordene. No tengas temor delante de ellos que yo estoy contigo para librarte», afirma el Señor. 

  1. Ten cuidado de tus palabras. 

1 Samuel 17: 33-36  RV 60

33 Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. 34 David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. 36 Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. 

Si quieres vivir con seguridad, vive declarando las promesas de Dios 

Joel 3:10

Diga el débil:  «¡Soy fuerte!».

  1. Ser libre del temor del hombre. 

Proverbios 29:25 NBV

25 El temor al hombre es una trampa peligrosa, pero la confianza en el Señor trae seguridad.

Proverbios  19:23 NTV

23 El temor del Señor conduce a la vida;
    da seguridad y protección contra cualquier daño.

  1. Pon tu seguridad en Dios. 

Jeremías 1:8, NVI 

No tengas temor delante de ellos que yo estoy contigo para librarte», afirma el Señor.

1 Samuel 17: 45-47  LBLA

45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado. 46 El Señor te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel, 47 y para que sepa toda esta asamblea que el Señor no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del Señor y Él os entregará en nuestras manos.