A mediados del 2018, iniciamos nuestra pequeña empresa familiar centrada en la renovación de casas. A pesar de tener poca experiencia, nos entusiasmamos y capacitamos para buscar oportunidades de inversión. Finalmente, encontramos una propiedad asequible para comprar y renovar. A pesar de algunas alarmas en las inspecciones, decidimos seguir adelante.
Al empezar las renovaciones, descubrimos problemas significativos, como un fundamento desnivelado, moho y termitas. Aunque la propiedad presentaba desafíos inesperados, nuestra determinación nos llevó a abordarlos. La renovación incluyó cambios estructurales, nuevo techo, cocina, pisos, baños, entre otros.
La experiencia fue difícil pero educativa, enseñándonos más de lo que aprendimos en clase. La analogía de nuestras vidas como casas, comparada por Jesús en la Biblia, destaca la importancia del fundamento sólido. Al igual que una casa, nuestras vidas enfrentan tormentas, pero un buen fundamento nos mantiene firmes.
El fundamento esencial consiste en amor, sentido de pertenencia, valor personal y una estructura sólida de valores. Jesús, al tener un fundamento sólido, se ofrece como ejemplo. Invita a evaluar y, si es necesario, cambiar nuestro propio fundamento, permitiendo que Él estructure nuestras vidas de nuevo.
La renovación continua es posible, y Jesús, como fundamento firme, está dispuesto a ayudarnos y mostrarnos Su amor.