Oración:
Señor del cielo y de la tierra, gracias por haber creado la amistad, gracias por esos amigos que son como hermanos, consejeros del bien como una canción al atardecer, gracias por aquellos que me prestaron su hombro para llorar, su carcajada y aplausos para celebrar. Gracias por los que, conociendo mis múltiples debilidades, se han quedado, me han sobrellevado, me han levantado en los días en los que el dolor amenazaba con derribarme. Gracias por quienes, con amor y cuidado, me han hecho ver mis errores, y han sobrellevado mis horrores. ayúdame a ser para ellos todo lo bueno que ellos han sido para mí. Bendíceles y retribúyeles todo el bien que me han hecho. Pero hoy también, Señor de la vida, oro también por quienes no caminan a mi lado, por quienes se consideran mis enemigos; Bendíceles por todos los favores que me hicieron, págale conforme a su generosidad, que tu bendición les cubra de paz, que esa paz los acompañe siempre, en caso de desearme mal, no les tomes en cuneta sus malas intenciones, olvida sus equívocos y sus malas acciones. Gracias por todo y por todos, hoy Dios muchas gracias reiteradas por todos aquellos que estos años, me han sabido sobrellevar. Y sinceramente, yo Eunice, te doy gracias porque en mi lista, no tengo ningún nombre donde poner un enemigo. Pero si hay alguien que me considera su enemiga, ayúdale a superarlo, provéele tu paz, tu capacidad de perdón. Y si he ofendido involuntariamente a alguien, por favor darme la oportunidad de reivindicarme. Perdóname si he ofendido a alguien, líbrame de todas aquellas cargas que son innecesarias. Yo estoy profundamente agradecida por todo lo bueno, que tanto amigos como enemigos han podido sumar a mi existencia; Recibo esto, a la vez que te lo entrego aquellas cosas que no me sirven y recibo tu paz. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, que así sea.