Listen

Description

Bienvenidos a Escuchando para recibir bendición.

Estamos analizando el libro de Apocalipsis, el cual fue escrito según se cree entre los años 96 a 98 de nuestra era, en el primer siglo.

Recordemos que por esos años no habia ordenadores, ni nubes para guardar archivos, ni siquiera había imprenta y la forma de preservar los escritos era copiándolos.  Había escribanos que realizaban copias gracias a la tecnología egipcia y el uso de papiros, usando tintas vegetales y de productos del mar. Los papiros se guardaban en jarras de cerámica, cofres de madera o bolsas de cuero, incluso cilindros de metal, para protegerlos de insectos, humedad y preservarlos al paso del tiempo.

Los escribas hebreos hacían las copias de las Escrituras, pero había también escribanos griegos y romanos, que copiaban documentos importantes del estado,  cartas y toda otra literatura que ha llegado hasta nuestros días.

De Apocalipsis no tenemos el manuscrito original, Pero se han preservado hasta hoy varios fragmentos, uno de ellos se encontró en Egipto, consta de 26 trocitos de papiro de 9 hojas diferentes. El tamaño de sus hojas es aproximado de 14,5 a 22 cm y contiene 33 líneas en una hoja, en escritura griega.

Fue fechado entre los años 225 a 275 de nuestra era, ya que coincidía comparando con otros fragmentos la forma de las letras alfa, beta, delta, kappa y ni con otros papiros datados en esas fechas. 

Este descubrimiento fue publicado en 1999 y ha sido usado y mencionado por traductores posteriores a esa fecha.

Hoy está  en el museo Ashmoleano en Oxford. Se catalogó como P115. Se cree que entre los papiros existentes de apocalipsis éste es el más cercano al original.

En el episodio anterior dijimos que fue Juan el depositario de esta revelación.

Continuemos con el versículo 2

“El cual afirma que todo lo que ha visto es Palabra de Dios y testimonio solemne de Jesucristo”.

Tenemos que tener presente que no es una revelación sobre el Señor Jesucristo, sino que es el propio Señor Jesucristo que está dando testimonio del mensaje que le dio el Padre para sus siervos, podríamos decir a la Iglesia. A su vez Juan da testimonio de que lo que le fue mostrado, lo que vio y lo que oyó, proviene del mismo Señor Jesucristo, además testifica que la palabra recibida es Palabra de Dios.

Esto nos devuelve al versículo 1, a la palabra siervo, porque esa palabra también  tiene el trasfondo de profeta, ya que en el Antiguo Testamento y en el lenguaje hebreo se usaba la palabra siervo para referirse a los profetas que anunciaban los mensajes recibidos de Dios para el pueblo de Israel.

Un profeta recibía la palabra de Dios, por medio de un angel, o de una voz o un sueño o una visión, ante lo cual caían a tierra paralizados, en extasis total y luego procedían a entregar el mensaje en forma oral o escrita.

Otras dos cosas tenemos que observar en este versículo.

Una, que para dar testimonio de que se trataba del Señor Jesucristo, tenía necesariamente que conocerle, y este es un buen punto para argumentar que el escritor del Apocalipsis es Juan, quien fuera apóstol de Jesús. 

Dos, que en el versículo 2 aparece dos veces la palabra testimonio. Este es otro argumento para situar al escritor de apocalipsis, como el mismo autor del Evangelio de Juan y las tres cartas de Juan, que se atribuyen al Apóstol Juan, ya que la palabra que en este versículo aparece 2 veces, es frecuentemente usada por el apóstol en sus cartas y también en el evangelio de Juan.

Además es muy interesante notar que Juan es consciente de que lo que ha visto y escrito es Palabra de Dios, puesto que su declaración la sitúa a la misma altura que las otras Escrituras, las del antiguo testamento que fueron recibidas por los profetas.