Hace muchos
años, un amigo me envió un correo electrónico titulado “Dios no preguntará…” Se
lee:
Dios no te
preguntará qué tipo de vehículo manejabas, pero él te preguntará a cuántas
personas transportaste que no tenían medio de transporte.
Dios no te
preguntará por la ropa que tenías en tu armario, pero él te preguntará a
cuantas personas ayudaste a vestir.
Dios no
preguntará cuántas posesiones materiales tenías, pero él te preguntará si te
controlaban tu vida.
Dios no
preguntará cuál era tu salario más alto, pero él te preguntará si comprometiste
tu forma de ser para obtenerlo.
Dios no
preguntará qué hiciste para proteger tus derechos, pero él te preguntará qué
hiciste para proteger los derechos de los demás.
Dios no te
preguntará por el color de tu piel, pero él te preguntará sobre el contenido de
tu carácter.
La lista
continúa, pero tienes la idea. Martin Luther King Jr. dijo una vez: “Somos
propensos a juzgar el éxito por el índice de nuestros salarios o el tamaño de
nuestro automóvil, en lugar de por la calidad de nuestro servicio y la relación
con la humanidad.”
A medida que
reflexionamos sobre nuestras vidas, que podamos pensar de nuevo sobre cómo
juzgar el éxito.
Oremos: Dios
de amor, se nos dice con frecuencia, de tantas maneras diferentes, que
encontraremos gozo y felicidad al tener más. Hemos sido decepcionados una y
otra vez. El día de hoy, recordamos que la verdadera alegría y el significado
se descubren principalmente en las relaciones, la generosidad y el servicio a
los demás en una vida dada por ti. Reúnete con nosotros este día dondequiera
que estemos en el viaje de la vida. Te lo pedimos en el nombre de Cristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este
mensaje con familiares y amigos!