Muchas veces vivimos tan apurados por alcanzar nuestras metas y objetivos que llegamos a perdernos muchas de las cosas más esenciales de la vida: detenerse a disfrutar un café, contemplar el amanecer, disfrutar nuestra comida favorita plácidamente o, sencillamente, respirar. Y de cierto modo pagamos precios por ir tan de prisa, afectándose nuestra relaciones y nuestra calidad de vida.
Sobre éstas y otras cuestiones profundizamos en este episodio.