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Desde Santiago de Chile a 375 kms. al sur está la ciudad de San Carlos , hoy capital de la nueva provincia de Punilla en la región de Ñuble.

La historia literaria  de San Carlos es variada y curiosa. En 1884 nació una niña llamada Laura Bustos Navarrete dejó escrito  un poemario denominado "Rimas de Laura Bustos", lamentablemente falleció a los 12 años dejando hasta hoy, la incógnita de cómo una niña de corta edad, enferma, pudo escribir en profundidad sobre Moisés, Júpiter, Platón, Homero, Dante?

Otro caso distinto fue el de Merardo Venegas, calificado como uno de los poetas malditos de Chile. Este poeta sancarlino nació en esta ciudad en 1884 y falleció en noviembre de 1948.

"Era de alto vuelo lírico, romántico y bohemio. Amaba el dolor y buscaba la tristeza…Sus versos eran la expresión de ese dolor" diría el historiador  Benicio Arzola en "Historia de San Carlos".

Gran parte de su existencia, Merardo Venegas , la vivió en la calle, compartiendo diariamente sus sufrimientos, penas y alegrías, con todo tipo de gentes. Sus amigos eran los más pobres, los más desposeídos. Solía andar humildemente vestido, pero siempre brotaba de sus labios una palabra cariñosa y una suave sonrisa… Nunca podía faltar una flor en la solapa de su chaqueta signo de esperanzas quizás, para enfrentar un nuevo día.

Al poeta Venegas Valdés no le gustaba vivir junto a sus seres queridos, se negaba a vivir en familia, rechazaba el calor de un hogar  "prefiero compartir el cielo con la estrellas. Para descansar y dormir solo necesito cualquier rincón ya que bajo la cristalina mirada de la luna es más fácil soñar" decía Merardo Venegas

Han transcurrido 71 años de esta historia y por estos días unos jóvenes sancarlinos que ofrece tour por lugares de este San Carlos y recrean historias de los personajes locales, han traído de vuelta a este príncipe de la bohemia que personificado vuelve a caminar por las calles de San Carlos. 

"El dolor es la fuente del universo/ todos somos vasallos de su reino/ sufre el hombre seráfico y el perverso/ quien es aquel que diga yo no he llorado. El dolor sublimiza nuestra existencia/ es como acicate para vencer/ es afluvio divino como una esencia/ que el hacedor nos brinda desde el nacer".

Basado en la publicación Reminiscencias sancarlinas y en publicaciones del diario El Comercio  de San Carlos y el diario La Discusión de Chillán.