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Description

Estoy convencido de que las sirenas —y los sirenos— existen. No necesariamente con cuerpo de ave o de pez. Habitualmente, con brazos y piernas, pero también con una mirada y una sonrisa seductoras que, sin que te des cuenta, te invitan a disfrutar del momento sin preguntas ni prejuicios. Tampoco creo que sea mala cosa sucumbir a su canto y su encanto. Un cambio en el rumbo de nuestras vidas nos puede llevar a descubrir el Nuevo Mundo.