El sesgo de resultado hace que a menudo juzguemos la calidad de una decisión o comportamiento, por el resultado final, al tiempo que ignoramos los muchos factores que pueden haber contribuido al éxito o fracaso, y esto puede hacer que ignoremos errores potencialmente catastróficos.
El sesgo de resultado puede incluso afectar nuestra compresión y percepción en relación a juegos deportivos, pero se vuelve un tema serio cuando se consideran cuestiones como un ascenso laboral.
También significa que un empleado puede ser recompensado por una racha de suerte en su desempeño aunque haya pruebas claras de incompetencia o comportamiento poco ético, ya que su jefe es incapaz de desconectar la toma de decisiones de los resultados.