Salomé Restrepo es una artista que se atreve a tratar de comprender y expresar aquellas cosas que muchas veces nos dejan sin palabras, esas situaciones cotidianas que no sabemos cómo digerir, incluso aquellas de las que no queremos hablar y los momentos que preferiríamos olvidar por lo dolorosos que son.
Siendo consciente de ese dolor y cargando parte de él consigo, como si fuera ese mismo dolor el que no permite que su mente y espíritu creativo se adormezcan, decide hablar de estos temas desde una postura sensible y, a mi parecer, muy única.
Desde su propia experiencia, al ver cómo amigos y familiares a lo largo de su vida han decidido embarcarse en la tarea de migrar con el sueño compartido por muchos migrantes: ayudar a sus familias, Salomé aborda esta realidad con profundidad y empatía.
El derecho a migrar y la búsqueda, tan humana, de desplazarse y ser nómada hasta encontrar una oportunidad, es lo que mueve los pies cansados de tantos hermanos y hermanas migrantes. Caminan por aquellos que no pueden hacerlo y, con el corazón en la garganta, extrañando a sus seres queridos, se enfrentan a toda clase de circunstancias difíciles e injustas.
Precisamente, el arte de Salomé se convierte en una herramienta para reflexionar sobre esta realidad cotidiana y, al mismo tiempo, en un acto de memoria y resistencia contra el olvido. Resiste a olvidar a los migrantes que son tratados como delincuentes en las fronteras, a quienes son deportados y a aquellos que aceptan condiciones injustas por ser considerados "ilegales".
Que cada quien se haga sus propias preguntas.
