1.108.- Elvira Navarro disecciona en los relatos de La sangre está cayendo al patio la precariedad laboral y la fragilidad afectiva de gente aislada en espacios amenazantes
La Biblioteca de Sollo. Episodio 112
(Entrevista de Manuel Sollo). Fracturas íntimas y colectivas,abismos asfixiantes, vínculos rotos, gentes solitarias con empleos precarios, pueblos en mitad de la nada, periferias amenazantes, casas inacabadas, urbanizaciones vacías y ciudades aplastadas por esqueletos de hormigón.Realidades implacables, incertidumbres incómodas que empujan al extrañamiento, al aislamiento social, al miedo. En estos contextos transcurren los nueve cuentos de Elvira Navarro agrupados en La sangre está cayendo al patio (Random House). Unos textos poblados por personajes que a la inestabilidad laboral unen la fragilidad afectiva, abocados a precipicios existenciales, marginales entre la piedad y la zozobra. La autora desvela los pactos de silencio en laconversación pública sobre cuestiones como el maltrato animal y las residencias de mayores. También desafía las convenciones de lo políticamente correcto y se aleja de los cánones establecidos, sea respecto al cuerpo, el sexo, lasrelaciones o el amor. La inquietud, lo incómodo, el asombro se destilan desde un lenguaje sobrio y realista, y al mismo tiempo extraño y perturbador. Una mirada al fin sobre una existencia opresiva, sin cuidados ni asideros, en un sistema socioeconómico que nos aboca al páramo y al vacío. Así, Navarro amplía y profundiza en narrativas que ya respiraban en los relatos de La isla de los conejos y, sobre todo, en su novela La trabajadora.