1.082.- Nazario narra en Crónicas del gran tirano su solidariarelación con un grupo de indigentes alcohólicos en la plaza Real de Barcelona, cuando le golpeó la soledad
La Biblioteca de Sollo. Episodio 86
(Entrevista de Manuel Sollo). Una mirada cómplice y afectivasobre la indigencia y el alcoholismo. Una amistad como antídoto de la tristeza y la necesidad. Una filantropía poblada de gestos solidarios. Durante años, Nazario Luque, pionero del cómic underground, escrutó y fotografió desde una ventana de su casa los variopintos sucesos y personajes que acontecían en la plaza Real de Barcelona. Una labor de entomólogo que tuvo como principal protagonista a un grupo de personas sintecho con las que nunca había hablado. Ese silencio se rompió durante un grave desajuste emocional. Habían muerto Alejandro, su marido durante treinta y seis años, y su único hermano. Viudo y huérfano, un día del verano de 2015, Nazario entabló conversación con aquellos alcohólicos, una enfermedad que él mismo había superado. Así comenzó una relación de casi cinco años, hasta 2019, con Mich, un marroquí lisiado que actuaba como líder, la alemana Helga, Omar y Moisés. El dibujante y escritor comenzó a ofrecerles comida, les sufragaba pequeños gastos y se convirtió en su confidente y cuidador. También eran atendidos habitualmente por voluntarios de la Fundación Arrels. Apodaban a Mich “el gran tirano”, por susoberbia y mal carácter. Y así titula Nazario su cuarto libro de memorias, Crónicas del gran tirano (Anagrama). Un libro que es también el testimonio descarnado de unos supervivientes orillados y reprimidos por el sistema.